Todos los países de la Tierra deben firmar un acuerdo para gestionar futuras pandemias que comienza a negociarse el 1 de marzo. La movida de la ONU es una pieza clave de un diseño más vasto: la construcción de una gobernanza global. El diseño incluye un pasaporte sanitario estandarizado.
Por Claudio Fabián Guevara
Con la guerra de Ucrania como gran distractor de fondo, la OMS inicia un proceso para definir un tratado internacional para la prevención de pandemias. Los líderes de los países van a firmar un acuerdo legal internacionalmente vinculante con la OMS para enfrentar «emergencias sanitarias». Este instrumento le permitirá a la OMS y sus aliados dictar todo tipo de medidas draconianas en los países firmantes bajo un acuerdo legal que utilice una declaración de emergencia global.
La movida de la ONU es una pieza clave de un diseño más vasto: la construcción de una gobernanza global, que supedite el accionar de los estados nacionales a las decisiones de entidades supranacionales.
En los países que firmen el acuerdo, las corporaciones podrán pedir que se cumpla el derecho internacional ante la policía y el ejército. Podrían exigir, por ejemplo, que actúen eventualmente en contra de los intereses nacionales, las decisiones del gobierno local o el sentir de su población. Si se resisten, las fuerzas de la ONU se verán obligadas a actuar. Un anticipo de este panorama se vivió en Canadá, cuando los camioneros por la libertad bloquearon Ottawa, y tropas de la ONU comenzaron a patrullar las calles de la capital confundidas con la policía canadiense.
Objetivo: Una convención, un acuerdo u otro instrumento internacional
La Asamblea de la Salud se reunió en una Sesión Extraordinaria el 1 de diciembre de 2021, la segunda desde la fundación de la OMS en 1948, y adoptó una única decisión titulada: «El mundo en común». La decisión de la Asamblea establece un órgano intergubernamental de negociación (INB) para redactar y negociar un convenio, acuerdo u otro instrumento internacional de la OMS sobre prevención, preparación y respuesta ante pandemias, con vistas a su adopción en virtud del artículo 19 de la Constitución de la OMS, o de otras disposiciones.
Las rondas de negociación con vistas al tratado internacional para la prevención de pandemias comienzan el 1 de marzo. Se constituirá un órgano de negociación intergubernamental que celebrará su primera reunión para acordar los métodos de trabajo y los plazos. La segunda reunión tendrá lugar el 1 de agosto de 2022, para debatir los avances en un proyecto de trabajo. Luego se presentará un informe de situación a la 76ª Asamblea Mundial de la Salud en 2023, con el objetivo de adoptar el instrumento en 2024.
«En una decisión consensuada destinada a proteger al mundo de futuras crisis de enfermedades infecciosas, la Asamblea Mundial de la Salud ha acordado hoy poner en marcha un proceso mundial para redactar y negociar una convención, un acuerdo u otro instrumento internacional en el marco de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud con el fin de reforzar la prevención, la preparación y la respuesta ante las pandemias».
OMS, 1 de Diciembre de 2021
La legislación internacional que promueve la OMS viene precedida de «globos de ensayo» en ciertos países-laboratorio. Desde diciembre de 2021, Victoria es primer estado de Australia que cuenta con una legislación específica para la pandemia, que le proporciona al gobierno el marco jurídico necesario para gestionar las emergencias sanitarias, incluidos los mandatos de vacunación y las normas sobre máscaras.
El tratado internacional para la prevención de pandemias ya tiene su pasaporte sanitario global
El diseño es claro. Días atrás, la empresa de telecomunicaciones alemana T-Systems anunció su asociación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear pasaportes digitales globales de vacunas contra el COVID-19.
Deutsche Telekom (cuyas subsidiarias internacionales de comunicaciones móviles se conocen con la marca T-Mobile) anunció la asociación en un comunicado de prensa del 23 de febrero.
Según la corporación, la OMS está «estableciendo una puerta de enlace» que permite a los 194 estados miembros de la OMS crear «certificados de vacunación electrónicos» con códigos QR que pueden “ser controlado a través de las fronteras nacionales”.
El anuncio dejó en claro que los certificados digitales no están pensados para desactivarse después de que disminuya la urgencia que rodea a la pandemia de COVID-19. En cambio, los sistemas “servirán como un procedimiento estándar para otras vacunas como la poliomielitis o la fiebre amarilla”.
La organización que dirige Tedros Ghebreyesus marca una agenda claramente definida: acabar con la autoridad de los estados nacionales en materia de salud, y poner a toda la humanidad bajo un marco común de control «sanitario» tecnocrático. La pesadilla recién comienza.