El doctor Cyril Broderick, un científico de Liberia, ex
profesor de Fitopatología de la Escuela de Agricultura de la Universidad de
Liberia, sostiene que occidente y en particular los EE.UU., son los
responsables del brote de Ébola en África Occidental.
El doctor Broderick afirma lo siguiente en un artículo
publicado en exclusiva en el periódico Daily Observer con sede en Monrovia,
Liberia:
Cyril Broderick
“El Departamento de Defensa de EE.UU. (DoD) financió ensayos
de Ébola en seres humanos. Esos ensayos se iniciaron pocas semanas antes de la
aparición del brote de Ébola en Guinea y Sierra Leona.
El Departamento de Defensa ofreció un contrato por valor de
140 millones de dólares a Tekmira, una compañía farmacéutica de Canadá, para
llevar a cabo la investigación del Ébola. Este trabajo de investigación implicó
la inyección e inoculación en seres humanos sanos del mortal virus del Ébola.
Por lo tanto, el Departamento de Defensa aparece como
colaborador en un ensayo clínico del Ébola (NCT02041715, que comenzó en enero
de 2014, poco antes de que se declarara la epidemia de Ébola en África occidental
el pasado marzo”
¿Es posible que el Departamento de Defensa de EEUU y otros
países occidentales hayan sido directamente responsables de infectar a
ciudadanos africanos con el virus del Ebola?
Bien, según el doctor Broderick así es.
Broderick afirma que el gobierno de Estados Unidos cuenta
con un laboratorio de investigación situado en un pueblo llamado Kenema, en
Sierra Leona, que estudia lo que él llama “bioterrorismo por fiebre viral” y
que de hecho, según él, representa “el epicentro del brote de Ebola en África
Occidental”.
¿Hay algo de real en esta afirmación?
¿El doctor Broderick es uno de esos locos amantes de las
teorías de la conspiración?
¿Alguien puede creer que los EEUU se dedican a infectar con
enfermedades infecciosas a habitantes de paises del tercer mundo?
Lo cierto es que hay antecedentes documentados de ello.
La propia historia nos muestra que durante mucho tiempo el
gobierno estadounidense ha estado experimentando con enfermedades mortales en
seres humanos.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Guatemala.
Entre 1946 y 1948, el gobierno de los Estados Unidos bajo el
mandato del presidente Harry S. Truman y en colaboración con el presidente
guatemalteco Juan José Arévalo y sus funcionarios de salud, deliberadamente
infectaron a más de 1.500 soldados, prostitutas, prisioneros y hasta enfermos
mentales con sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual tales como gonorrea
y chancroide. En total, más de 5.500 guatemaltecos fueron utilizados en los
experimentos.
Lo peor de todo es que ninguno de los sujetos infectados con
dichas enfermedades fue informado de ello ni dio su consentimiento para ser
sometido a dichos experimentos.
El Boston Globe publicó el descubrimiento, realizado por la
historiadora médica y profesora en la Universidad de Wellesley, Susan M.
Reverby en el año 2010, en un artículo titulado “Una profesora de Wellesley
desentierra el horror: los experimentos con sífilis en Guatemala”
Así es como el artículo describió los descubrimientos de la
profesora:
Susan Reverby
“Buscando entre documentos mohosos en un archivo de
Pennsylvania, la profesora del Wellesley College hizo un descubrimiento
espantoso: los científicos del gobierno de Estados Unidos, durante la década de
1940, infectaron deliberadamente a cientos de guatemaltecos con sífilis y
gonorrea en experimentos llevados a cabo sin el permiso de los sujetos.
La historiadora de la medicina, Susan M. Reverby, accedió a
los documentos hace cuatro o cinco años, mientras investigaba el infame estudio
con sífilis del Instituto Tuskegee y más tarde compartió sus hallazgos con los
funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
Esa investigación tan poco ética no se hizo público hasta
hace muy poco, cuando el presidente Obama y dos secretarios del gabinete se
disculparon con el gobierno de Guatemala y su gente y se comprometieron a no
repetir los errores del pasado, una época en la que no era raro que los médicos
experimentaran con los pacientes sin su consentimiento”
Efectivamente, tras el descubrimiento de la profesora
Reverby, el gobierno de Obama ofreció una disculpa al presidente guatemalteco
Álvaro Colom.
De los 5.500 guatemaltecos que participaron en toda la
investigación que se llevó a cabo entre 1946 y 1948, unos 1.300 fueron
infectados deliberadamente con sífilis, gonorrea o chancroide y de ese grupo,
sólo unos 700 recibieron algún tipo de tratamiento. Al final, 83 personas
acabaron muriendo.
No es de extrañar que el gobierno de EEUU pidiera disculpas,
aunque, en realidad, la reacción de Washington ante el informe fue una farsa.
Washington tenía perfecto conocimiento acerca de sus pasados
experimentos sobre humanos con enfermedades mortales, pues habían sido
realizados por laboratorios financiados por el propio gobierno.
El gobierno de Estados Unidos es culpable de numerosos
experimentos médicos realizados en personas, no sólo en Guatemala, sino también
en otros países y hasta en propio territorio norteamericano, como el ya
mencionado estudio con Sífilis del Instituto Tuskegee, que se produjo entre
1932 y 1972 y que fue dirigido por John Cutler, un médico estadounidense de los
Servicios de Salud Pública de los Estados Unidos, con el fin de estudiar la
“evolución natural” de la sífilis no tratada entre la población afroamericana.
John Cutler
Como vemos, el gobierno de EEUU admitió sus malas acciones
con 62 años de retraso.
Así pues, lo que afirma el Dr. Broderick, cuando acusa al
gobierno de EEUU de realizar experimentos con el Ébola, no es tan disparatado
como muchos querrían pensar: el gobierno de Estados Unidos ha estado
involucrado en actos de bioterrorismo y Guatemala es un claro ejemplo de ello.
De hecho, el Dr. Broderick resume lo que el ciudadano medio
puede hacer para evitar que los gobiernos, y en especial los occidentales,
expongan a la población africana a sus experimentos:
“El desafío es global, y solicitamos ayuda de todo el mundo,
incluyendo a China, Japón, Australia, India, Alemania, Italia, y a la gente de
buen corazón en los EE.UU., Francia, Reino Unido, Rusia, Corea, Arabia Saudita,
y cualquier persona cuyo deseo sea ayudar.
La situación es más sombría de lo que desde el exterior se
puede imaginar y debemos proveer asistencia como podamos.
Para garantizar un futuro donde no se produzcan dramas como
éstos, es importante que ahora exijamos que nuestros líderes y nuestros
gobiernos sean honestos, transparentes, justos y comprometidos. Deben responder
a la gente.
Por favor, pónganse en pie y detengan los experimentos con
Ébola en África y la propagación de esta terrible enfermedad”
Después del terrible precedente de Guatemala, las naciones
de África Occidental deberían mostrarse extremadamente escépticas acerca de las
acciones que emprende el gobierno de Estados Unidos luchando, supuestamente,
contra el Ébola.
De hecho, el profesor Francis Boyle, de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Illinois, cuestiona las acciones emprendidas por
la administración Obama en África Occidental, en una reciente entrevista a RIA
Novosti, en la que Boyle afirmó lo siguiente:
Francis Boyle
“Las agencias gubernamentales de Estados Unidos tienen un
largo historial llevando a cabo investigaciones de guerra biológica
supuestamente defensiva en laboratorios situados en Liberia y Sierra Leona.
Esto incluye al CDC (Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades), que actualmente es la agencia encargada de la gestión del Ébola
en los EE.UU.”
Y es que llegados a estas alturas, hay muchas preguntas que
todos deberíamos hacernos…
¿Por qué el gobierno de Obama ha enviado tropas a Liberia
cuando esos soldados no tienen la preparación adecuada para proporcionar
tratamiento médico a los enfermos?
¿Cómo puede ser que una cepa de Ébola Zaire haya llegado
hasta África occidental, cruzando una distancia de aproximadamente 3.500
kilometros, desde el lugar donde fue identificada por primera vez en 1976?
¿Y por qué ahora y no antes?
Estas serían las preguntas que debería responder el gobierno
de Washington.
Pero aunque alguien se las hiciera, no podríamos esperar una
respuesta a corto plazo: los experimentos con sífilis en Guatemala tardaron 62
años en ser expuestos al público y no fue el gobierno de Estados Unidos quien
informó de ello, sino una historiadora de la medicina con mucha curiosidad…
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