Josele Sánchez
Así las cosas -y por mucho que Odón Elorza nos amenace desde los medios de comunicación lameculos del político vasco (ETB o el Diario Vasco), hay un antes y un después desde la nuestra primera publicación en relación con este tema.
Es tanto lo que hemos decubierto que La Tribuna de Cartagena va a convertir, la investigación sobre casos de pederastia -que afectan a personas muy influyentes de España- y que parecen gozar de una inexplicable protección judicial, en una de sus prioridades informativas.
Debe quedar claro que La Tribuna de Cartagena no se arroga el papel del juez y que, en consecuencia, no califica a las siguientes personas como cometedoras de ningún delito. Nos limitamos a informar de las denuncias y querellas presentadas ante juzgados y magistraturas en los casos en los que se encuentran subjudice y de denunciar el retraso de la justicia -quién sabe si deliberado o casual.
Ya en el año 2.009, en la edición en papel de la publicacióm EL TRIANGLE (concretamente el 5 de octubre de 2.009) se publicaba un intenso y riguroso reportaje de investigación sobre una trama internacional de pederastas que operó, durante años, en la provincia de Castellón y que, a pesar de las numerosas denuncias y testigos de cargo, la justicia nunca quiso desmantelar. En el citado reportaje se detallaba la larga batalla- en solitario- de Reinaldo Colás, padre de las pequeñas, Aida y Tamara, víctimas de todo tipo de abusos sexuales por parte del amigo de su ex mujer, el empresario italiano Giuseppe Farina, ¡nada más y nada menos que presidente del todopoderoso equipo de futbol italiano, AC Milan.
No sólo esto: estas niñas de corta edad eran, a su vez, explotadas sexualmente -junto con otros menores ¡que traían desde un Centro de Acogida dependiente de la Generalidad valenciana!- por un grupo de degenerados y depravados mostruos pertenecientes a lo más granado de la alta sociedad valenciana, unos abusos que se realizaban en fiestas privadas en la finca Mas del Coll, cerca de municipio valenciano de Vinaroz, y en el bar España de la localidad colindante de Benicarló.
Estas escenas de abusos de menores eran filmadas y, posteriormente, comercializadas en Francia e Italia.
Se trata de una caso que ha gozado de una inexplicable protección por parte de la administración de justicia, hasta que uno de los propios integrantes de la organización criminal se ha dirigó a la Fiscalía Anticorrupción, en calidad de arrepentido, y narró, con todo lujo de detalles, cómo operaba la trama, señalando que en el vértice de todo estaba el intocable presidente del PP y de la Diputación Provincial de Castellón, Carlos Fabra.
¿Saben ustedes que significa poner en manos de la Fiscalía Anticorrupción un caso tan grave y que afecta a personas tan influyentes? ¿Afectaría también -acaso- a algún juez y fiscal?
La Tribuna de Cartagena informaba, el pasado 14 de marzo, que el Fiscal Antocorrupción José Grinda González ha sido acusado por dos causas de pederastia, acusación realizada nada menos que por exfiscal de la Audiencia Nacional, Ignacio Peláez, quien, además, se personó como acusación particular. Ustedes recordarán al acusado de pederastia, fiscal José Grinda, por haber sido el responsable de la investigación del “caso 3%” que puso al descubierto el pago de comisiones, por parte de varias empresas, a la antigua Convergència Democràtica de Catalunya a cambio de adjudicaciones de obra pública.
¿Qué credibilidad judicial le queda a un Estado de Derecho en el que el Fiscal Anticorrupción está acusado de dos delitos, nada más y nada menos, que de pederastia?
¿Quién puede sentirse seguro de acudir a la Fiscalía Anticorrupción (como víctima o como arrepentido) a solicitar su investigación sobre delitos que afecten a personalidades públicas?
La primera de ellas se abrió en Alcalá la Real (Jaén) porque envió un tuit a una niña menor de edad con pornografía infantil y proponiéndole que se metiera en una página para verle haciendo sexo. La madre de la menor puso una denuncia y la Guardia Civil, sin poder dar crédito a lo que veían, comprobó que el que había remitido ese mensaje era el fiscal Grinda González. El juez abrió un procedimiento judicial pero el fiscal –huele a corporativismo y a echar tierra sobre un asunto muy muy feo- decidió que no había que seguir adelante y el caso se cerró.
Pero ya ven, dos denuncias ya son mucha casualidad, y aún más cuando se producen en los dos extremos geográficamente opuestos de España.
La segunda instruida por el juzgado de Cangas de Morrazo (Pontevedra), otra causa tras la investigación de la Guardia Civil de la denominada “operación Telemaco”, una red de pederastas en la que, nuevamente, el fiscal Grinda ¡que vive en Majadahonda! aparecía como usuario, una imputación que quedó absolutamente acreditada, tanto por la propia Benemérita como por la compañía telefónica y el servidor de Internet.
Y, ¡pásmense ustedes! -como decía el Rey Emérito- “aquí la justicia es igual para todos”: el juez instructor detuvo a todos los imputados excepto a uno, al fiscal José Grinda González. Fíjense hasta qué punto tendrán verosimilitud los hechos denunciados que muchos de los implicados se encuentran ingresados en prisión, mientras el fiscal Grinda sigue vistiendo su toga y formando parte esencial del Ministerio Fiscal en España.
Este hecho no pasó desapercibido en el estamento judicial: el ministro de Justicia y la anterior Fiscal General del Estado, Consuelo Madrigal (de tan triste recuerdo), conocían pormenorizadamente este caso y no hicieron absolutamente nada.
Pero volvamos al caso de Castellón.
Según el detallado relato de este arrepentido, la pederasta organización mafiosa -de la cual formaban parte Giuseppe Farina y Bernard Alapetite, involucraría a prestigiosos abogados, empresarios y jueces del Reino de Valencia, con importantes contactos en las altas esferas políticas de la Generalidad Valenciana.
Pero es que, incluso, el arrepentido ¡denunció cinco asesinatos! de los que responsabiliza al italiano Carlo Bofante.
De estos asesinatos les informaremos con el máximo rigor en una próxima entrega.
El tesorero de esta organización mafiosa, Carlo Bofante, que -según la denuncia presentada por el testigo arrepentido a la Fiscalía Anticorrupción- manejaba grandes sumas de dinero negro que, a su vez, distribuía entre los cabecillas de la trama y sería el responsable de varias muertes misteriosas que ocurrieron en la zona de Castellón en aquellos años y en concreto los de la enfermera Alicia Martínez, los tres miembros de la familia Flors y Miguel Roig.
Porque Jorge Corsi tenía todo lo necesario para triunfar en España: la primera condición ser extranjero, algo que extremadamente cotizado en el mundo de la izquierda y de los colectivos homosexuales, bisexuales, transexuales, travestidos, invertidos y mediopensionstas... Así, recuerden ustedes lo alto que ha llegado (a pesar de su minusvalía física) el también argentino Pablo Echenique en la formación podemita, o el chileno exterrorista Gonzalo Boye, editor de la prensa de George Soros en España, Mongolia y elDiario.es, defensor del asesino Rodrigo Lanza y del criminal Carlos Puigdemont.
Así las cosas, de izquierdas, extranjero y homosexual, atesoraba Jorge Corsi todos los ingredientes para ser considerado un Ortega y Gasset del siglo XXI (bueno, djemos tranquilo a don José: un Carlos Marx del siglo XXI), y el colectivo LGTBI encubró a Jorge Corsi hasta las alturas de la sapiencia de los debates televisivos de la prensa del sistema y, en su mundo de
pseudointelectualidad perroflautera, acabó dando lecciones sobre la ideología de género.
Resulta lógico que cualquier imbécil, pervertido e indocumentado, acabe dando conferencias en un país donde Belén Esteban es la número uno en ventas de libros y Lucía Etxebarría escribe para Planeta...
Jorge Corsi, impulsado hasta el olimpo de "la cultureta" por el "lobby gay", fue un auténtico cáncer para la moral y para la decencia, y uno de los artífices del texto final que, como una plaga bíblica, nos impusieron bajo la denominación (hasta en eso demuestran lo analfabetos que son los legisladores, porque las personas tienen sexo y las palabras género, así que, de género, la violencia es siempre femenina) de "Ley de Violencia de Género".
Espero que algún día César Vidal nos iluestre sobre relación entre ideología de género y pederastia, que seguro levantaía aún más ampollas entre nuestros enemigos.
Tanta es la infomación que estamos recopilando y las líneas de investigación que tenemos abiertas, que hemos creado un monográfico específico en el que iremos incluyendo todas las noticias relacionadas con pederastia, pedofilia, corrupción y abusos de menores que estamos publicando y que vamos a publicar.
Un Apocalipsis Cotidiano, desgraciadamente cotidiano y que infecta a la clase política, banqueros, jueces, fiscales, grandes empresarios y algún que otro periodista que ya pueden echarse a temblar porque en La Tribuna de Cartagena no vamos a darles tregua.
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