Corría el mes de noviembre de 1.999, la ofensiva militar rusa en Chechenia polarizaba toda la atención internacional y España vivía conmocionada por un hecho sin precedentes: el juez Baltasar Garzón pretendía relacionar judicialmente al presidente Felipe González con la guerra sucia de los GAL.
CENSURADO POR LA CADENA CONTROLADA POR LA BANCA Y EL BANCO SANTANDER CUATRO MEDIA SET DICEN QUE TE INFORMAN Y QUE SON INDEPENDIENTES TODO MENTIRA¡¡¡ COMO SU PROPAGANDA MUNDIALSITA PARA UN NOM¡¡¡ |
Mientras tanto, al otro lado del charco, México y toda la América Hispana aún permanecía conmocionada por el accidente aéreo ocurrido en Uruapan, mientras que en Colombia las guerrillas de la FARC y del ELN seguían jugando su macabro “tira y afloja” con el presidente Pastrana sin que los secuestros y las matanzas dejaran de sucederse y sin viso alguna de auténtica tregua, ni mucho menos de abandono definitivo de las armas. Más de 300 miembros de las Fuerzas Especiales de los EEUU trabajaban conjuntamente con el ejército colombiano para combatir el narcotráfico en las zonas selváticas, con aeronaves espías y vigilancia vía satélite y la voluntad de las autoridades colombianas de acabar con el narcotráfico parecía, esta vez, que iba en serio, tras detener al exviceministro de comunicaciones, Rommel Hurtado, acusado de estar comprado por el Cartel de Cali.
Justo, en aquellos días, mediados del mes de noviembre de 1.999 la hija del banquero más importante de España permanece secuestrada sin que, hasta la fecha, ningún medio de comunicación lo haya revelado.
A finales del mes de octubre de 1.999 Ana Patricia Botín estaba en Buenos Aires acompañada del “oficialmente” jefe de su seguridad, que en realidad no era otro que su amante Jesús Samper, un conocido narcotraficante y sobrino del expresidente colombiano Ernesto Samper a quien Emilio Botín había encontrado acomodo dentro del Banco de Santander en España. El impago de unas importante cantidades por “operaciones no contabilizadas” (es decir, pagos en B como blanqueo de capitales, “presuntamente” relacionados con el narcotráfico) y comprometidas por parte de Emilio Botín con el extinto Banco Español de Río de la Plata (reconvertido, después en el Banco de Río y que finalmente adoptaría la denominación de Banco Santander Río) ocasionó un lamentable incidente en el aeropuerto de Buenos Aires. Cuando Ana Patricia Botín y su amante, Jesús Samper, pretendían volar hacia España, fueron retenidos y no se les permitió la salida del país hasta que la deuda quedara satisfecha. La hija de Botín y Jesús Samper regresaron a su hotel. Dos días después lograron burlar la vigilancia a la que les tenían sometidos los banqueros argentinos engañados por “El Bizco” y se desplazaron hasta un aeródromo privado, en las proximidades de Buenos Aires, donde les esperaba una avioneta del propio Banco de Santander que lograba sacarlos de Argentina rumbo a Bogotá.
Pero si la discreción era una máxima para la familia Botín y la principal virtud del presidente del Banco de Santander, su mayor defecto era la tacañería (comentan que jamás pagaba en ningún lugar y siempre era su acompañante quien debía hacerlo) y la avaricia desmedida, una avaricia patológica que le hacía –cuando había dinero de por medio- mentir y engañar de manera compulsiva, incluso, a sus mejores amigos. Tanto es así que este periodista ha tratado con muchas personas estafadas personalmente por “El Bizco” de manera miserable, un banquero que no precisaba de estas argucias de delincuente de poca monta para tener una vida repleta de lujos.
Si algo me sorprendió cuando inicié las investigaciones sobre el posible asesinato del presidente del Banco de Santander fue la gran cantidad de enemigos que tenía, precisamente, por haberlos estafado; he encontrado a bastantes personas que han hecho, del resto de vida que les quede, una venganza personal contra Emilio Botín lo que puede darles buena cuenta de dos cosas: la primera, lo mala persona que debió ser en vida el gran patrón de la banca española; y la segunda, lo fácil que resulta conseguir informaciones acerca de la parte más oculta, incluso de las acciones fuera de la ley que apuntan al que fuera presidente del Banco de Santander como un criminal.
Por eso, si no ha salido ninguna publicación al respecto en la prensa española, a parte de las llevadas a cabo por este periodista que suscribe, no será por la dificultad de encontrar fuentes de información, sino por la falta de agallas de la mayoría de periodistas españoles, unos periodistas que (o bien personalmente, o a través del medio para el que trabajan) escriben y hablan al dictado de la presidencia de la principal entidad financiera española, hoy en manos de Ana Patricia Botín.
Pero volvamos, precisamente, con Ana Patricia Botín, la hija del presidente del Banco de Santander. Nos encontramos a medidados de noviembre de 1.999 en Bogotá donde Emilio Botín padre ha decidido que, por seguridad, permanezca su hija durante un tiempo mientras solventa la deuda que le reclaman sus socios argentinos.
Ana Patricia Botín, asistía como invitada a una fiesta de la alta sociedad colombiana, organizada por la familia Pereira, descendientes directos del libertador de Colombia José Francisco Pereira Martínez, fundador de la ciudad de Pereira, municipio cafetero por excelencia. Sus descendientes, los Pereira Gamba son los anfitriones del evento, importantes empresarios cafeteros, “muy relacionados”, también con el grupo cafetero mexicano de Veracruz propiedad de Domingo Muguira Revuelta, amigo personal del Emilio Botín y del fallecido Jesús Gil y Gil.
Por cierto, en Colombia hay un dicho popular que dice que “donde están los grupos cafeteros, también se mueven otros productos…”.
Una de las ilustres familias asistentes a la fiesta es la saga de los Maldonado, otro de los apellidos más distinguidos del país.
Víctor Maldonado se dedica a múltiples negocios de inversión y compraventa de inmuebles y está detrás de la empresa Daruma Ltda que, muchos años después, aparecerá en la financiación ilegal del Partido Popular y llegará a poner a Mariano Rajoy contra las cuerdas judiciales.
La invitación a la fiesta ha sido una excusa para retener a Ana Patricia Botín, secuestrarla y conducirla, eso sí, a una lujosa residencia propiedad de Víctor Maldonado. Así son los secuestros de los muy ricos: no te llevan a un zulo de 15 metros cuadrados sino a una ostentosa villa con todos los lujos a excepción del más preciado de todos: la libertad.
La residencia permanece fuertemente custodiada por hombres armados y goza de todo tipo de cámaras de video vigilancia, por lo que la hija del presidente del Banco de Santander está retenida en contra su voluntad: a todas luces se trata de un secuestro.
Otra vez los sucios negocios y el impago de las deudas de “El Bizco” son los causantes del secuestro de su hija.
Esta vez, los perjudicados por la estafa de Emilio Botín son las dos familias anteriormente citadas, los Pereira y los Maldonado y ambos hacen llegar un mensaje clarísimo al presidente del Banco de Santander: si quiere recuperar a su hija deberá abonar los 30 millones de dólares que debe por una operación de blanqueo de capitales, “presuntamente” provenientes del narcotráfico.
El presidente del banco de Santander estalla de ira pero parece que, esta vez, no le queda más remedio que pagar sus deudas: “El Bizco” conoce bien los métodos de sus socios estafados y sabe que los colombianos no se andan con tonterías. Emilio Botín debe ordenar la liberación de unos fondos depositados por las familias Pereira y Maldonado en el Banco Comercial Antioqueño (Bancoquia) de Bogotá por importe de 30 millones de dólares y le dan un plazo de 30 días para hacerlo; en caso contrario, no volverá a ver más con vida a su hija Ana Patricia.
Ahora el problema de Emilio Botín no es la tacañería: por muy cicatero que sea, la vida de su hija no tiene precio.
El problema es que no le resulta tan fácil, pese a su sobrada posición económica, liberar esos 30 millones de dólares sin levantar sospechas, en un momento en el que tiene a la Reserva Federal de los EEUU inspeccionándole cada movimiento y pisándole los talones. Tras la condena por narcotráfico del Banco de Santander en la operación “Casablanca”, la única sentencia efectiva que ha podido relacionar al Banco de Santander y a Emilio Botín con el tráfico de drogas ha sido, precisamente en los EEUU y desde entonces “El Bizco” tiene al FBI pisándole los talones. Y él lo sabe.
A Emilio Botín no se le escapa la relación extramatrimonial que su hija tiene con su jefe de seguridad Jesús Samper, que además está en su propio país y con contactos al más alto nivel. Pero, no se sabe bien por qué (acaso es cómplice de este secuestro) el sobrino del expresidente de Colombia se muestra completamente inútil para rescatar a su amante de sus secuestradores.
Los días van pasando, el tiempo se agota y Emilio Botín recurre al empresario español Fernando Fernández Tapias para que actúe como mediador. Precisamente el empresario naviero español y presidente de los empresarios de Madrid tiene a su hermano Francisco Fernández Tapias ingresado en prisión por narcotráfico y su implicación en la operación Vioque.
“Casualmente” tanto Emilio Botín como Fernando Fernández Tapias comparten también al mismo abogado para, digamos, “los asuntos delicados” en Colombia.
Transcurridos veintiocho días desde su retención, las gestiones de Fernando Fernández Tapias consiguen su objetivo y Ana Patricia Botín es liberada, como si hubiera estado invitada un mes en una mansión de lujo con la única excepcionalidad de no poder abandonarla libremente.
¿Qué ocurre después de este secuestro? ¿Ha sido subsanada la deuda de manera completa o debe seguir realizando pagos Emilio Botín? ¿Quién es el abogado compartido por Botín y Fernández Tapias y qué papel juega en todo este desagradable asunto? ¿Cómo queda la relación de Emilio Botín, a partir de entonces, con el amante de su hija y su jefe de seguridad Jesús Samper? ¿Qué fue del secuestrador de Ana Patricia Botín? Conociendo el carácter de la hija de “El Bizco” que jamás olvida ni perdona ¿Qué hace a este respecto, nada más tomar posesión de la presidencia del Banco de Santander, 15 años después? ¿Llegó a vengarse Ana Patricia Botín de Víctor Maldonado?
Estas y otras muchas revelaciones del máximo interés periodístico se las ofreceremos en la siguiente entrega de este “Rojo Botín”, este reportaje de investigación que lleva ya más de 30 capítulos y que está muy próximo al final, a la revelación de qué ocurrió y cómo murió en realidad Emilio Botín.
https://latribunadeespana.com/economia/ana-patricia-botin-secuestrada-lo-que-jamas-ha-contado-ningun-medio-de-comunicacion
El pasado 1 de noviembre de 2017, La Tribuna de Cartagena desvelaba la presentación de una querella por el posible asesinato de Emilio Botín,una querella presentada por el prestigioso letrado madrileño, Carlos Javier Sánchez-Seco Vivar, ante el juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional -del que es titular el magistrado Santiago Pedraz- en la que se acusaba a la influyente viuda del banquero, Paloma O´Shea, y a su hija, Ana Patricia Botín, de ser las inductoras del asesinato cometido por el amante de la actual presidenta del Banco de Santander y sobrino del expresidente de Colombia, el narcotraficante Jesús Samper, conjuntamente con los miembros del Equipo de Seguridad de la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, Carlos Martínez, Carlos Rubio y José Manuel García Entrena.
El pasado martes, Josele Sánchez recibe confirmación oficial, por parte de la productora del programa, de que su entrevista se emitirá el próximo domingo 10 de junio, a las 21.30 horas, tal y como demuestra el email adjunto.
La grabación de la entrevista se produce con un formato diferente al que suele emplear el programa CHESTER. En esta edición especial de CHESTER CONFIDENCIAL, en el sofá se sienta, junto a Risto Mejide el exdirector del CNI y diplomático Jorge Dezcállar quienes conversan de diferentes temas y, posteriormente, entrevistan a 3 invitados con situaciones de especial interés (un especialista en localización telefónica, la mujer de un terrorista yihadista y Josele Sánchez).
En un medio como Cuatro, perteneciente al Grupo Mediaset, participado por el Banco de Santander (tanto por pertenecer al paquete accionarial de Prisa como por las acciones que poseía el Banco Popular -regalado por Mariano Rajoy al Santander- y por las acciones propiedad del mexicano Carlos Fernández, consejero de la entidad presidida por Ana Patricia Botín) sorprende la decoración del plató pues, tras nuestro director, que se dispone a responder a las preguntas de pie, se ha instalado un gran panel que refleja claramente el tema que se va a abordar: el posible asesinato de Emilio Botín. La decoración resulta insólita por la valentía de mostrar a Emilio Botín, a su mujer e hija "presuntas inductoras de su asesinato", el nombre de nuestro director y de nuestro periódico y el texto "yo guardo un secreto".
En La Tribuna de Cartagena tenemos motivos sobrados para no fiarnos de casi nadie: por eso, aunque Josele Sánchez asiste sólo a la grabación, conseguimos colar a una reportera de nuestro periódico entre el público invitado que -sin que lo advierta el Equipo de Realización- saca fotografías de todo.
A Josele le han concedido ¡dos minutos y medio! (ni un segundo más) para resumir la historia y después tendrá que someterse a las preguntas de Risto Mejide y de su "ilustre" invitado, recordemos, el ex director del CNI.
Josele Sánchez condensa en dos minutos y medio su mensaje: publicación por parte de La Tribuna de Cartagena del posible asesinato de Emilio Botín, acusadas de inducción del crimen la esposa e hija del banquero (Paloma O´Shea y Ana Patricia Botín), absoluto silencio sobre la noticia del resto de medios de comunicación, inicio de una investigación por parte de nuestro periódico que lleva a publicar más de veinte noticias que relacionan al Banco de Santander con el blanqueo de capitales y con el narcotráfico, intento de extorsión y chantaje con ofrecimiento de 400.000 euros y un puesto de trabajo en Costa Rica (donde "presuntamente" intentarán acabar con su vida) y la persecución personal y la amenaza sobre su vida que está sufriendo, "presuntamente" por parte del CNI.
Pero lo tiene complicado. Risto Mejide no es un periodista, es un showman televisivo, un mero producto de mercadotecnia que ha vendido muy bien su carácter agrio (que no serio) y sus intervenciones insultantes (que no políticamente incorrectas).
Es el mano a mano entre dos personajes incómodos por motivos bien diferentes: mientras Risto no deja de ser un fantasma con estilo de chulo de discoteca de barrio, Josele es un hombre que se viste por los pies.
Es un fuego cruzado entre un niñato que presume de llevar 12 años en televisión (a base de juzgar, sin ningún conocimiento, la capacidad artística de otros) y un periodista honesto que no se arruga tan fácilmente como los adversarios a los que suele enfrentarse este supuesto cazatalentos que por llamar la atención, no se quita las gafas de sol ni estando dentro del plató.
Y les aseguramos que en el debate Josele Sánchez gana por goleada.
Viendo Mejide que esa guerra dialéctica la tenía perdida, da a paso a Jorge Dezcállar preguntándole si veía creíble algo de lo que estaba escuchando; lógicamente, quien fue el máximo jefe del CNI dijo no creerse nada.
Aún intentó Risto Mejide ridiculizar al invitado diciéndole "¿pero tú cómo te atreves a venir aquí a hacer declaraciones tan graves sin presentar, siquiera, una copia de la querella que dices que se ha presentado por el asesinato de Emilio Botín?
Nuevamente, con toda serenidad, Josele Sánchez responde y deja ya sin argumentos al entrevistador.: "¿Quién te ha dicho que no he traído la querella?, nadie de tu Equipo me ha dicho que entrara con ella pero la tengo en el camerino y si quieres voy y la traigo".
La pregunta rebosaba de mala fe pues nuestro director había enviado previamente por email esta documentación al Equipo de Producción del programa y se había presentado con la querella en los estudios de Mediaset. Risto Mejide lo sabía y creyó que -como suele hacer con los aspitantes a estrellas artísticas- apabullaría al entrevistado que se quedaría sin argumentos. Pero quienes le conocemos bien -porque trabajamos a diario con él- sabemos que, Josele Sánchez es mucho Josele Sánchez como para perder la calma por las constantes provocaciones de un showman grosero.
"Para que veas si es cierto cuanto afirmo, si tengo información contrastada y si sé de lo que hablo, ¿quieres que te de una primicia que aún no ha sido publicada por La Tribuna de Cartagena y de la que no encontrarás ni una sóla referencia en Google porque jamás nadie ha dicho ni ha escrito nada al respecto?" (los testimonios que les ofrecemos son literales porque, por supuesto, nuestra redactora escondida entre el público invitado -con bocadillo y lata de cocacola por gentileza de la productora- también grabó, lógicamente, el audio de la entrevista).
Risto Mejide, con su chulería característica y como haciéndole una última concesión contesta a nuestro director: "Adelante".
Y Josele Sánchez manifiesta algo que nunca hemos hecho público hasta hoy (y de lo que les daremos sobrada información en próximos días porque, como siempre, poseemos todos los datos contrastados):
"Ana Patricia Botín fue secuestrada", a lo que responde provocón y desafiante el entrevistador:
"No me lo creo".
"¿NO? -responde Josele- pues aún te diré más. Fue liberada por la intervención de un empresario español muy importante".
"A ver, ¿quién?" -contesta recostado en el sofá, con una posición como si estuviera en su casa y no ante un entrevistado que habla de cuestiones muy serias.
Y así, el niñato maleducado, el showman televisivo metido a periodista entrevistador, despide a nuestro director aconsejándole que se busque un buen abogado...
Según nos ha contado él mismo, Josele no dejó terminar de explicarse a su interlocutor y le dijo: "Ya dije en la grabación del programa que esta entrevista no se iba a ofrecer. Dile de mi parte de a Risto Mejide que no es un periodista: que no es más que un simple cantamañanas".
Desde el próximo jueves 14 de junio hasta el domingo 17 se celebra la reunión anual del Club Bilderberg a la que asisten invitados cuatro españoles: Soraya Sáenz Santamaría, Albert Rivera, Juan Luis Cebrián y la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín (que es quien ha introducido a los tres anteriores en esta organización mafiosa a nivel mundial, que actúa bajo la apariencia de elitista y filantrópica sociedad), una cita que convocará a las 128 personalidades más influyentes de las finanzas, las universidades, las empresas y los medios de comunicación.
Desconocemos si podrá participar en las reuniones o si tan sólo se dedicará a abrirle las puertas y limpiarle los zapatos a Ana Patricia Botín pero La Tribuna de Cartagena está en disposición de afirmar que la presidenta del Banco de Santander ha añadido un invitado de última hora a la expedición.
Su nombre: Risto Mejide
-Fin del relato-
Información adicional
- Antetítulo: MEDIASET, a las órdenes de Ana Patricia Botín, elimina la entrevista a Josele Sánchez del programa CHESTER en la que ofrecía toda la información sobre el presunto asesinato de Emilio Botín y la implicación en el narcotráfico y el blanqueo de capitales
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