“Para la fecha límite al menos 35 países se convertirán en miembros fundadores del banco”, afirmó Liqun en una rueda de prensa, citado por Reuters.
El BAII es uno de los elementos con los que Pekín quiere dar un empuje a su capacidad de medirse con las instituciones financieras internacionales dominadas por Gobiernos occidentales.
Otros elementos del mismo sistema son la nueva Ruta de la Seda, en la que el BAII se compromete a realizar fuertes inversiones, y el Banco de Desarrollo del bloque BRICS.
El banco fue puesto en marcha el pasado octubre con un acuerdo de fundación firmado por 21 Estados y un capital estatutario de 100.000 millones de dólares. Está previsto que la redacción de sus estatutos internos finalice a finales de este año.
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